El equipo Herediano logró dar un respiro profundo para retomar la calma, la confianza y la convicción que requería. Lo hizo derrotando al equipo que le robó la ilusión, que lo dejó muy golpeado en la pasada final: Fue ante Liberia Mía.
La celebración en grupo que montó el plantel florense tras el gol conseguido por Patricio Barroche al 47´, reflejó la necesidad que mantenía el equipo de ganar, de explotar la alegría que estaba reprimida tras las derrotas sufridas.
El “team florense” fue merecedor del triunfo porque mostró orden y mantuvo los hilos conductores del juego de principio a fin. Porque sus integrantes mostraron alma de guerreros.
Hubo dinámica y posesión del balón, aunque faltó mayor claridad en el ataque, pero justo alcanzó la anotación de Barroche para sacar la victoria que sirve para levantarse de una difícil racha que atravesó el plantel.
Aplausos para los pocos aficionados que llegaron al Rosabal Cordero, quienes guardaron el descontento y con orgullo se pusieron la rojiamarilla para dar el impulso y aliento a los futbolistas que siempre mostraron actitud. Rechifla para los aficionados que no asistieron al reducto por “castigar” al equipo ante el mal momento que se atravesó.
Bien por el joven debutante Julio Hughes, quien con aplomo se mostró en el medio campo junto a Bismark Acosta y Cristian Blanco. Y que decir del regreso de Kevin Sancho al Herediano, un jugador de empeño, de ida y vuelta.
La victoria fue sabrosa y explosiva. El Herediano es líder de su grupo.
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